En la sociedad moderna o contemporánea la salud mental, sigue siendo unas de las enfermedades mortales y silenciosa, y esto no quiere decir que, en el génesis de la sociedad no hubo este fenómeno que debe considerarse como emergencia de salud pública. ¿Cuánto se debe esperar en Buenaventura para considerar la salud mental un fenómeno de salud pública? La cotidianidad indica que hay suficientes elementos para orientar con intensidad el recurso publico hacia este fenómeno.
La depresión no causa dolor en la carne, pero si en el alma. La ansiedad no expresa dolor, pero si te hace comer mucho, eres inquieto y te haces daño. El trastorno de personalidad, no te convierte en un super héroe, pero si Incluye una variedad de patrones de pensamiento y comportamiento que son inflexibles. El duelo te lleva por la negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Todas son silenciosas… todas son emergencias.
Para su ilustración está el estudio de Émile Durkheim (1897): sociólogo francés, realizó los primeros estudios sistemáticos sobre el suicidio en su obra «El Suicidio». Durkheim identificó varios tipos de suicidio y las influencias sociales que pueden contribuir a ellos:
Suicidio egoísta: Ocurre cuando los individuos están demasiado aislados y sienten una falta de conexión con la sociedad. Suicidio altruista: Se da cuando los individuos están excesivamente integrados en un grupo y se sacrifican por el bien del grupo. Suicidio anómico: Se produce en contextos de gran cambio social o incertidumbre, donde las normas sociales están en crisis. Suicidio fatalista: Resulta de una opresión excesiva o condiciones de vida extremadamente restrictivas.
Hoy en día, el panorama es distinto, sin avances positivos y con algunas complejidades; nos encontramos con personas que tiene un discurso antirracista, con procesos sociales a favor de las personas con habilidades diferentes, sin embargo, maltrata a su hijo que tiene las mismas habilidades por las cuales luchan. Encontramos quienes proliferan amor profundo por su primogénito, pero son capaces de asesinar en un momento de alto estrés y profunda depresión. Además, una persona puede estar sometida a varios tipos de influencia social al mismo tiempo, por lo tanto, su forma de tratar la enfermedad silenciosa debe ser integral.
Según el informe de intento de suicidio del Ministerio de Salud en el gobierno del cambio, en el año 2018 Buenaventura tuvo 7,31% intentos de suicidios, en el 2019 18,05%, en el año 2020 14,43%, en el año 2021 21,05 y en el año 2022 34,84%. En este sentido, hace 4 años que los índices de suicidio no llegan a un digito, además, los números aumenta en el marco de la postpandemia.
Estas cifras son alarmantes y duele profundamente, teniendo en cuenta que el Consejo Distrital de Buenaventura, el 21 de mayo del 2021 expide el decreto 0224 por medio de la cual, se crea el comité intersectorial de salud mental, y cinco (5) días después expiden el decreto 005 del 26 de mayo del 2021, el cual adopta la estrategia de política pública de promoción, protección y atención integral de salud mental. Sin embargo, no hay acciones, no hay campañas, la sociedad civil no se articula, las cifras aumentan y los decretos quedan sin impactos.
Este fenómeno de salud publica afecta de manera considerable a los jóvenes, porque ninguna de las víctimas supera los 25 años de edad. El último caso de suicidio que conmovió a la ciudad fue la muerte de un joven de 15 años encontrado sin vida al interior de su vivienda.
Mientras tanto, hay personas con estrés, depresión, ansiedad, trastorno de la conducta, trastorno obsesivo-compulsivo entre otras enfermedades que deben lidiar sin acompañamiento y garantías. Pero que, sin saber en algunas ocasiones su forma de lidiar causa que otras personas lleguen al mismo punto.
Martin Seligman, Conocido por su trabajo en psicología positiva, define la salud mental no solo como la ausencia de enfermedad, sino como un estado de bienestar general que incluye emociones positivas, compromiso, relaciones significativas y un sentido de propósito.
Por eso, es fundamental que Buenaventura reconozcan la salud mental de manera inmediata como una prioridad de salud pública. Es necesario implementar estrategias efectivas que incluyan prevención, educación y apoyo psicológico, para abordar esta crisis de manera integral y humanitaria. Solo así, se podrá esperar un cambio significativo y sostenible en la calidad de vida de los habitantes.
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